La verdadera amistad con Jesús es más que palabras; es una relación de confianza profunda y eterna. Él mismo lo dijo: “Ya no los llamo siervos, los llamo amigos” (Jn 15,15). Hoy, abre tu corazón y deja que Jesús sea tu amigo más cercano.
Paz y Bien
Aceite e incienso alegran el corazón, igual que la dulce amistad
que nace de un consejo sincero.
(Proverbios 27:9)